Generalmente se recomienda quitarse el retenedor antes de comer para evitar daños y mantener la higiene y cepillarse los dientes antes de volver a ponérselo.

Tanto las soluciones de limpieza como el cepillado son esenciales para mantener un retenedor limpio. El cepillado ayuda a eliminar los restos visibles y la placa, mientras que las soluciones de limpieza, especialmente las diseñadas específicamente para retenedores, pueden matar eficazmente las bacterias y microbios que no se pueden eliminar solo con el cepillado. La combinación de ambos métodos garantiza una limpieza profunda y ayuda a prevenir el olor y la acumulación de bacterias en el retenedor.

Las investigaciones sugieren limpiar el retenedor con un cepillo de dientes y un jabón suave o un limpiador de retenedores especializado. Evite el uso de agua caliente, ya que puede deformar el retenedor.

Inicialmente, se recomiendan controles frecuentes (p. ej., cada pocas semanas) y luego con menor frecuencia a medida que pasa el tiempo. La investigación respalda el seguimiento periódico

Las investigaciones sugieren que, si se detectan a tiempo, los retenedores pueden ayudar a corregir desplazamientos dentales menores y prevenir una mayor desalineación

Esto es aplicable en escenarios en los que los retenedores originales no se han usado por un tiempo, se ha producido un pequeño movimiento y se utilizan los retenedores originales para corregir el ligero movimiento.

Le sugerimos hablar con su dentista sobre su inquietud en el movimiento antes de intentar corregirlo.

Sí, las investigaciones sugieren que los retenedores se pueden utilizar para diversos fines de ortodoncia, no limitados al mantenimiento posterior a la colocación de frenillos.